En los últimos años, con el desarrollo de la tecnología, muchos procesos se han digitalizado; y el proceso de obtención de crédito no es la excepción. Uno de los mayores beneficios de esto es que pasar de los datos en papel a un proceso digitalizado disminuye el tiempo de respuesta para el otorgamiento del crédito y existe la posibilidad de contar con un análisis de riesgo automático.
Anteriormente, cuando todo el proceso se hacía a mano, la respuesta podía tardar semanas, tiempo muy valioso para el solicitante y el otorgante; pero más para el solicitante ya que podía significar permanecer o desaparecer de la escena económica.
Para el otorgante porque era (o es) complejo generar análisis rápidos y acertados enfocados en la auditoría de riesgos y la consulta del perfil crediticio. Sin embargo, con la tecnología de nuestro lado, la viabilidad para extender la oferta de crédito es una posibilidad.
La industria tradicional de servicios financieros consume mucho tiempo, es manual y tiene un alto costo, principalmente por la dependencia del capital humano. Sin embargo, la integración de la tecnología ha traído el cambio.
Prepararnos para el presente
Según la “Encuesta sobre Condiciones Generales y/o Estándares en el Mercado de Crédito Bancario” elaborada por el Banco de México, se esperaba un incremento de créditos en 2021, aunque algunas fuentes indican que el crédito se reactivará hasta 2023.
Este incremento significa que, en las condiciones económicas actuales, se debe tener rapidez y certeza. Dos características que aporta un proceso digital son la disminución del tiempo de respuesta para el otorgamiento del crédito y la posibilidad de contar con un análisis de riesgo automático.
Los avances tecnológicos permiten que las entidades financieras automaticen las decisiones sobre aceptación o rechazo de una solicitud de crédito y la administración de una cartera (clientes consolidados), lo que hasta hace poco se realizaba solo con la percepción del ejecutivo de acuerdo a los datos limitados que muchas veces proveía.
Además, para la identificación de clientes potenciales que pueden generar pérdidas se requería reservar un capital mínimo en caso de incumplimiento y/o impagos. Y hacer esto con un expediente físico (en papel) representa tiempo y riesgos.
Tecnología sí, pero de vanguardia
Por ello CRiskCo desarrolló una plataforma en la que la empresa otorgante de crédito tiene la capacidad de recurrir a diversas fuentes (Open Accounting), como el SAT, para obtener información sobre el posible acreditado y, además, tener la posibilidad de hacer un exhaustivo análisis de riesgos.
Pasar de los datos físicos a los digitales con la aplicación idónea permite una reducción significativa en los tiempos de los distintos procesos para otorgar y dar seguimiento a un crédito, así como la reducción de la intervención humana en la evaluación y estimación del riesgo crediticio.
Los beneficios por la migración del proceso físico al digital impactan también en los clientes, pues reduce la discriminación errónea y provee un análisis más objetivo concentrando en un solo modelo múltiples factores que pueden afectar el riesgo de un crédito o un seguimiento de pagos. Además, por el tiempo y esfuerzo que lleva este proceso sin ayuda de la tecnología, muchos clientes son denegados sin mayor evaluación.
Actualmente, lo que marca la diferencia en la competitividad corporativa es la capacidad de conocer todos los pasos de tus clientes y luego inyectar inteligencia de negocios en la dinámica de los procesos.
Para ello está la aplicación de CriskCo, que te ayuda a tomar decisiones más rápidas y certeras al analizar grandes volúmenes de datos, por lo que te permite pasar del proceso físico al digital con muchas ventajas. Con la plataforma CRiskCo, la entidad de crédito puede analizar mayor cantidad de pedidos de crédito en menor tiempo y con mayor precisión y análisis.